viernes, 27 de noviembre de 2015

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE “NEW DEAL” EN EL SIGLO XXI, O SOBRE YANIS VAROUFAKIS EN LONDRES.



Horacio Luján Martínez[1]

Subiendo a las corridas los largos escalones del Central Hall de Westminster, ya que mantengo intacta mi capacidad de perderme en los túneles y galerías del subte (Underground) londinense y llegaba tarde, me dejé conducir a uno de los pocos lugares vacíos de la vieja Methodist Church donde se desarrollaba lo que era una mezcla de  “meeting” del Partido Laborista, a pesar de la ausencia de Jeremy Corbin, y una emotiva  reunión abierta al público en oposición a los planes de austeridad de Mr. Osborne, tal como fue llamado durante toda la tarde el vocero del oficialismo británico. La tarde de ese sábado 21 de Noviembre, nublada y fría como pocas en estos días, contaba con la esperada presencia del ex ministro de Economía de Grecia: Yanis Varoufakis. El encuentro se realizó bajo la convocatoria “Fighting Austerity. Building the Alternative” (Luchando contra la austeridad. Creando una alternativa) y contaba con la bien humorada presencia de John McDonnell, líder y vocero del Partido Laborista.
Es en el contexto de una conferencia dada en el corazón político de Londres y a menos de ocho días de los atentados en París, que debe entenderse sin ironía la apelación que Varoufakis hizo a la “civilización británica”. Un pedido reforzado al final de la conferencia con una advertencia amistosa: “ustedes no pueden escapar de Europa”. Precisamente porque los acontecimientos en París, Beirut, Damasco, Mali a los que el ex ministro enfatizó como merecedores de una solidaridad equivalente a la recibida por los parisienses, son los que alimentan los “peores instintos del establishment”. Pero, advirtió Varoufakis, antes de esos eventos ya caía un “velo” (aquí sí utilizó la palabra “veil” de un modo nada inocente) de insatisfacción sobre Europa.
En realidad este debate no sólo no es ajeno a Latinoamérica sino que se desarrolla de modo claro en estos días con la victoria de Mauricio Macri en Argentina y la inestabilidad política que atraviesa Brasil: es la discusión sobre el papel del Estado en relación a la economía. Apoyándose en números e índices económicos de Inglaterra y Europa en general, llamó a fiscalizar a las grandes corporaciones, no tanto para ejercer algún tipo de punición como para, si me es permitida una palabra cargada de religiosidad, “convertirlas”. ¿Qué significaría esta conversión? Llevar a cabo lo que él mismo llamó de una retomada de un “new deal” a la Franklin Delano Roosevelt: así como hubo un pacto entre el estado y los trabajadores para escapar de la Gran Depresión en los Estados Unidos de América, debemos pensar en términos constructivos y creativos – continuó - para salir de esta crisis, de la cual los refugiados sean tal vez la imagen más dolorosa.
Varoufakis llamó a utilizar los “mecanismos políticos” que la democracia liberal posee para estimular inversiones. Estos mecanismos fueron resumidos en tres breves aunque complejas fases 1) tasar las ganancias que no son reutilizadas para inversiones en lo que llamamos “el aparato productivo”, pero también liberar de tasas a aquellos que se arriesgan a la inversión que posibilite la creación de empleos; 2) juntar a las mejores mentes de esta época, tal como fue hecho durante la Segunda Guerra Mundial. Los nombres de Alan Turing y otros precursores de internet y otras tecnologías contemporáneas fueron invocados como ejemplo; 3) y una tercera fase consistiría en crear un Banco Público (algo así como el Banco de La Nación Argentina o el Banco do Brasil) que se ocupe de administrar estos fondos de inversión para, entre otras cosas, detener la loca carrera inmobiliaria que está aconteciendo en los últimos tiempos en el sur de Inglaterra en particular.
Entonces, ¿De que hablamos cuando hablamos de un “New Deal” en el siglo XXI? De la  voluntad política de reconocer que estamos viviendo en una crisis sin precedentes, en la cual los especuladores financieros no solamente no fueron castigados por la justicia como fueron premiados y convenientemente olvidados a golpe de las psicológicamente desestabilizadoras “Breaking News”. De la voluntad política de no dejarse engañar por los llamados a combatir “fundamentalismos religiosos” mientras el terrorismo financiero se alimenta y aumenta su impunidad bajo nuestras narices. Estamos hablando de mantener el optimismo político aún cuando parezca a contramano del mundo actual.   


[1] Profesor del Curso de Filosofia de la PUCPR (Pontifícia Universidade Católica do Paraná) Campus Curitiba. Investigador visitante en el CSD (Centre for the Study of Democracy) de la Universidad de Westminster (Londres, UK), estadía realizada con auxílio de la Fundação CAPES (Coordenação de Aperfeiçoamento do Pessoal de Nível Superior) de Brasil.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario