viernes, 27 de noviembre de 2015

Las estrellas de Macri

LAS ESTRELLAS DE MACRI
En una nota publicada hoy por el pasquín de Bartolito, un tipo que dice responder al nombre de ‘Jorge Oviedo’ nos informa que PARA LOS BANCOS EXTRANJEROS, EL EQUIPO DE MACRI “ES EL BARSA”. Lo peor de todo es que debe ser verdad, que los tipos efectivamente piensan y dicen eso; y eso significa que están esperando que nos caguen a goles. Y este ‘nos’ no remite a un sujeto político, como el Kirchnerismo, sino a la amplia mayoría de los argentinos que va a sufrir con la política económica que se está tramando: que van a tener dificultades para pagar sus cuentas y sus deudas, en muchos casos también para atender sus necesidades más básicas, y que, en todos los casos, verán frustradas muchas de las expectativas que parecían razonables a la luz de la experiencia de los últimos años. Lo que incluye, y no me canso de decirlo, a la amplísima mayoría de los que votaron a los carapintadas. La malaria nunca es políticamente sectaria.
Hay que decir, sin embargo, que hay una diferencia grande entre burros como Melconian y tipos como Messi. Messi es de los que te bailan aun con el árbitro en contra; Melconian precisa que los bancos que lo patrocinan le den todo servido para, así, el poder hacer lo que esos mismos bancos ya le ordenaron hacer: más que eso, él y los tipos como él no saben y no precisan hacer. Y, a ellos, les va bien haciéndolo. Aunque, cuando el pacto que los lleva al poder rompe, se caen en dos dias. Porque ya han hecho muchas cagadas; y porque tampoco sabrían que hacer, ya que sólo son ejecutores de recetas muy conocidas y diseñadas por otros. Es como lo de los abogados y las grandes empresas: no es que los abogados trabajan para las grandes empresas por el hecho de ser ellos muy competentes; son ‘competentes’ porque trabajan para esas empresas: a las que los jueces siempre respetan, reverencian, y temen. Por eso, esos abogados ganan los juicios: no porque conozcan el derecho o sepan argumentar.
Pero vuelvo a los bancos y el ‘equipazo de Macri’; porque hay que cuidarse de ellos, y no parar de obstruirlos, hasta que se vayan: ese equipo de ‘estrellas’, su hinchada de banqueros y también los árbitros de los tribunales que les cobran a favor. Y nunca olvidarse que son hijos de puta y hasta pícaros, pero no hay razón para pensar que posean mayores virtudes intelectuales, o creerse que tengan una sólida formación. Sobre todo porque no precisan de esas cualidades; porque, como ya dije, sólo son ejecutores de recetas que ya están listas y todos conocemos. Y los que los mandan son los mismos que también montan, y pagan, el corito de amanuenses y de locutores que ensalza su ‘excelencia’, su ‘sólida formación’, y su experiencia. Esto vale para Melconian, para Prat Gay y para todo el resto. Si ganan algunos partidos, es porque sólo corren carreras ya arregladas, trabajando para los apostadores tramposos que siempre saben el nombre del ganador, porque son ellos los que lo elijen.

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